sábado, 6 de agosto de 2011

Desde el punto de vista del sur

por Eduardo Galeano
"Desde el punto de vista del sur, el verano del norte es invierno. Desde el punto de vista de una lombriz, un plato de espaguetis es una orgía. Donde los hindúes ven una vaca sagrada, otros ven una gran hamburguesa. Desde el punto de vista de Hipocrates, Galeno, Maimonides y Paracelso, existía una enfermedad llamada indigestión, pero no existía una enfermedad llamada hambre. Desde el punto de vista de sus vecinos del pueblo de Cardona, el Toto Zaugg, que andaba con la misma ropa en verano y en invierno, era un hombre admirable: -El Toto nunca tiene frío -decían. El no decía nada. Frío tenia, pero no tenia abrigo. Desde el punto de vista del búho, del murciélago, del bohemio y del ladrón, el crepúsculo es la hora del desayuno. La lluvia es una maldición para el turista y una buena noticia para el campesino. Desde el punto de vista del nativo, el pintoresco es el turista. Desde el punto de vista de los indios de las islas del mar Caribe, Cristóbal Colon, con su sombrero de plumas y su capa de terciopelo rojo, era un papagayo de dimensiones jamás vistas. Desde el punto de vista del oriente del mundo, el día del occidente es noche. En la India, quienes llevan luto visten de blanco. En la Europa antigua, el negro, color de la tierra fecunda, era el color de la vida, y el blanco, color de los huesos, era el color de la muerte. Según los viejos sabios de la región colombiana del Choco, Adán y Eva eran negros y negros eran sus hijos Cain y Abel. Cuando Cain mato a su hermano de un garrotazo, tronaron las iras de Dios. Ante las furias del señor, el asesino palideció de culpa y miedo, y tanto palideció que blanco quedo hasta el fin de sus días. Los blancos somos, todos, hijos de Cain.

Si Eva hubiera escrito el Génesis, ?como seria la primera noche de amor del genero humano? Eva hubiera empezado por aclarar que ella no nació de ninguna costilla, ni conoció a ninguna serpiente, ni ofreció manzanas a nadie, y que Dios nunca le dijo que parirás con dolor y tu marido te dominara. Que todas esas son puras mentiras que Adán contó a la prensa. Si las Santas Apostolas hubieran escrito los Evangelios, ¿como seria la primera noche de la era cristiana? San José, contarían las Apostalas, estaba de mal humor. El era el único que tenia cara larga en aquel pesebre donde el niño Jesús, recién nacido, resplandecía en su cuna de paja. Todos sonreían: la Virgen María, los angelitos, los pastores, las ovejas, el buey, el asno, los magos venidos del Oriente y la estrella que los había conducido hasta Belén de Judea.Todos sonreían, menos uno. San José, sombrío, murmuro: -Yo quería una nena".

lunes, 11 de julio de 2011

Los partidos se ganan en equipo

Amigos: lo que escribe Adriana Puiggrós no tiene desperdicio. Ella es Diputada Nacional por el Frente para la Victoria y Presidente de la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados. En esta ocasión compara el desempeño de la Selección Nacional de Fútbol con la educación, más precisamente con un equipo de once maestros sin estrategia... y critica (como no puede ser de otra manera), el Plan Semáforo de la educación chilena. Es cierto: algunas cosas se hacen en equipo. Pero, con lo poco que entiendo de fútbol y con lo mucho que me apasionan casi todos los deportes, creo que esta vez, un jugador grande como Messi, es mucho para nosotros. Y adhiero a las disculpas de Diego Maradona que le pide perdón a Lío por la ignorancia de los hinchas.


Por Adriana Puiggrós
Anteanoche sufrimos todos los argentinos, incluso quienes entendemos muy poco de fútbol, durante el partido entre Argentina y Colombia. La pregunta repetida era ¿por qué?, ¿por qué el equipo argentino jugó tan mal si cada uno de sus jugadores está entre los más meritorios del mundo?, ¿cómo puede ser que Messi sea un genio en Barcelona y ande perdido por la cancha en Santa Fe? La respuesta también se oyó en las tribunas: no hay equipo, cada uno juega por su cuenta, no hay estrategia, del lado argentino lo único que hubo fue un arquero que atajó todas las que otros diez jugadores dejaron pasar.
Lo que le ocurre a un jugador que pertenece a un equipo extranjero cuando debe jugar en su seleccionado, a Messi en particular, es materia de psicólogos y de estrategas del fútbol, pero estamos ante un ejemplo precioso de que la meritocracia individualista no es un criterio suficiente para ganar los partidos. Ni en el fútbol ni en otros aspectos de la vida. En la educación para ir al grano, tenemos la situación chilena como ejemplo.
El modelo educativo chileno fue exhibido como un éxito absoluto por la derecha privatista y comprado sin conocerlo por muchos comentaristas. Lo comenzó Pinochet y lo culminó Lavín, actual ministro de educación y ex candidato a presidente por el UDI, la derecha pinochetista, aquel que perdió las elecciones frente a Michelle Bachelet. El plan que ha puesto en marcha, y que fue la única gota que faltaba para que los estudiantes y los docentes salieran a la calle en el mayor movimiento que hubo en el país desde la caída de la dictadura, se llama “Plan semáforo”. Consiste en profundizar el ranking de docentes y alumnos ordenándolos en los colores rojo, amarillo y verde de acuerdo con su rendimiento individual, y adjudicando a las escuelas el status derivado de ese ordenamiento. Se premia a los mejores con más financiamiento y se castiga con menos inversión a los que fracasan.
La idea de fondo es que el proceso de enseñanza aprendizaje es exclusivamente individual y que una educación de calidad debe dar por resultado una escala de mérito, que se corresponde directamente a cada sector social. No se entiende que una institución educativa no es una suma de individuos, como tampoco lo son la familia o el grupo social en tanto instituciones educadoras. Un grupo educativo debe constituirse en equipo, cada aula y cada escuela deben formar institución, con metas que vayan más allá de pasar la circunstancia de cada día, que es lo que parece que les ocurría a los jugadores argentinos, que expresaban en sus rostros, “cuándo se terminará esto”. Deben compartir planes, estrategias y una mística o un entusiasmo, como se lo quiera llamar, que son indispensables para organizar un trabajo que es necesariamente colectivo. Lograrlo requiere cambiar profundamente la organización del trabajo docente, reconocer que hay distintos roles que jugar en el proceso educativo, que hace falta tiempo para entrenarse, que no se puede cambiar cinco veces de cancha por semana; es decir que deben unificarse los cargos para que cada docente concurra a una o dos escuelas a lo sumo, se sienta en ellas como en su casa y no como jugador en cancha ajena. Que tenga el tiempo necesario para conocer a sus alumnos y que lo conozcan, es decir que se entable un vínculo pedagógico y humano. Son condiciones para que recuperen la escuela como el territorio que les es propio.
Si pusiéramos en una escuela a los once docentes evaluados como los mejores del país, sin estrategia alguna, sin que existiera entre ellos una concepción educativa en común, no lograríamos nada más que ese juego disperso, individualista, desplegado como en territorio ajeno, y necesariamente fracasado, que obtuvo anoche la Selección Argentina.

martes, 21 de junio de 2011

Lucha de clases

Amigos: soy fruto de la escuela pública, de la educación pública. Fruto como alumna y fruto como obrera de la educación. Inicié mi carrera docente (por necesidad), en una escuela privada. Pero, ni bien salió la Convocatoria del Concurso de Ingreso a la Docencia en 1978, me inscribí para trabajar en libertad (la libertad: una ilusión?). Lo mío es la ESCUELA PÚBLICA.
Incluyo en el blog un artículo de Caparrós porque pone palabras a mi pensamiento y así, hago mías sus palabras.
Espero que lo disfruten. Soy de una generación muy castigada (30 mil desaparecidos). Poder entrar a la red y expresar lo que pienso, o adherir al pensamiento de otros, sin la sospecha o el temor  de que "van a venir a llevarme", no tiene precio. Sólo aquéllos que han militado, han luchado por los ideales democráticos, saben de qué estoy hablando.
El presente artículo seguro que refiere a la época del neoliberalismo...década del 90, que también debería llamarse década del estrago...uds dirán. Década en la que nos quedamos sin ferro, sin petróleo, sin... sin... sin....

Lucha de clases en la escuela pública (por Martín Caparrós)
Soy un producto de la escuela pública argentina y a veces, cuando me distraigo, me da orgullo; mi hijo también fue a la escuela pública y acaba de terminar su quinto año. Pero en las décadas que pasaron desde que empecé primer grado –inferior– nuestro sistema educativo cambió brutalmente. 
Cuando yo era chico sólo iban a colegios privados los garcas que querían educarse a fuerza de hostias y los raros que preferían hablar otros idiomas y los vagos que la escuela pública no soportaba más. Pero mis amigos y yo –hijos de la clásica clase media porteña– sabíamos que el sistema de educación estatal era  nuestro lugar: la escuela pública era la mejor, la primera opción.
Ahora no: mis amigos dudan mucho antes de mandar a sus hijos a una escuela del Estado –y la mayoría no lo hace.  La educación pública ya no es para todos, ni para el que la elige; es para quien no tiene más remedio. Tres de cada cuatro alumnos estatales pertenecen al tercio más pobre de la población. Entre el 20 por ciento más pobre, nueve de cada diez van a la escuela pública; entre el 20 por ciento más rico, uno de cada siete. Y la tendencia se acelera: en 1997 el 24 por ciento de los chicos acomodados iba a escuelas públicas; en 2006, según un informe del Centro de Estudios de Políticas Públicas, sólo el 15 por ciento. Las cifras precisan lo que ya sabemos: que los padres quieren mandar a sus hijos al privado.. En la escuela sarmientina quedan los que no pueden: los más pobres. 
El fracaso de la educación pública es el efecto más espectacular del derrumbe del Estado argentino. Solía ser su estandarte: la forma más eficiente de producir esa relativa integración social que nos constituyó como país, en esas aulas donde, bajo los delantales blancos, las clases sociales se mezclaban por un rato y se formaban con las mismas consignas, las posibilidades brevemente emparejadas.
La educación pública servía para equilibrar, para integrar, para “redistribuir” –y para producir un país más educado, con mejores posibilidades en todos los terrenos. Ahora parece como si no importara. Y, de  hecho, no les importa a los que manejan el Estado: hace mucho que mandan a sus chicos a colegios privados. Es una característica de muchos estados actuales –sus dirigentes no se incluyen en ellos, no usan sus escuelas y hospitales, no le pagan impuestos, no respetan sus leyes–y es curiosa: ¿quién se imagina al gerente de la cocacola pidiéndose una pepsi? 
Así que tengo una propuesta populista para encarar la cuestión educativa. Es una ley que habría que votar cuanto antes: “Queridos gobernantes, no todo pueden ser alegrías, ganancias extraordinarias, honores merecidos, gratitud popular. Los cargos deben tener alguna carga. Y ésta será modesta pero inflexible: se ordena, so pena de prisión y pedorreta pública, que todos los funcionarios del Estado –de un nivel equis para arriba– manden a sus hijos y nietos, sin excepción, a la escuela estatal más cercana”. Es posible que, entonces, la educación pública mejore seriamente.
Así estamos, en la lucha de clases.
La lectura de esta nota, más el conocimiento de un anteproyecto de ley impulsado por padres rionegrinos en 2002, proponiendo lo mismo; y un proyecto del senador brasileño Cristiam Buarque -ex ministro de Educación del gobierno de Lula-, con similar proposición en el país hermano, fortalecieron la sensación de que no era una idea tan absurda. La "ingenuidad" sumada de muchos puede transformarse en una decisiva manera de instalar el tema y llegar a que se debata seriamente.

domingo, 19 de junio de 2011

La declinación paterna

Amigos, comparto con uds estos propios pensamientos acerca de la autoridad paterna.La solución a los problemas de la infancia, no está en los niños.
Está bien que tire la comida al año y medio. Pero, después no. El niño no quiere renunciar a las satisfacciones que gozó en la infancia. No quiere privarse de la perfección que decían sus padres que él tenía.."su Majestad el bebé"...como lo decía Freud.
Para que el destino no sea la psicosis tiene que haber un padre, para el que el hijo tenga un valor enorme; pero este padre pondrá límites.
Los límites (Freud dirá "…las admoniciones…”), los retos, harán renunciar al niño a la satisfacción plena. A veces no es por la autoridad del padre que el niño renuncia. Él sabe que no le conviene que lo reten….no quiere perder el amor.

El padre debe intervenir y debe prohibir.

El asco, la vergûenza y la moral vienen del campo del otro, y son los diques que necesita el hijo para llegar a la vida adulta, como dice Kant, haciéndose reponsable de su goce, de su modo de vivir y que no eche la culpa a los demás.

Hoy, ¿hay diques eficaces que pongan algún ordenamiento, algún cauce?. Un dique en un río es una construcción que permite la regulación, el aprovechamiento de la fuerza natural.

El niño necesita los diques para para poder aprovechar mejor su fuerza y orientarla.
¿Qué crédito tiene hoy la autoridad paterna? ¿Estárá declinando?

Conferencia de Pepe Mujica a universitarios (antes de ser elegido Presidente)

Amigos míos: transcribo esta conferencia porq no tiene desperdicios. Un idealista, un izquierdista, pero por sobre todas las cosas, estadista y pensador Espero que lo disfruten
Queridos amigos:
La vida ha sido extraordinariamente generosa conmigo.
Me ha dado un sinfín de satisfacciones más allá de lo que nunca me hubiera atrevido a soñar.Casi todas son inmerecidas. Pero ninguna más que la de hoy: encontrarme ahora aquí, en el corazón de la democracia uruguaya, rodeado de cientos de cabezas pensantes.
¡Cabezas pensantes! A diestra y siniestra! Cabezas pensantes a troche y moche, cabezas pensantes pa' tirar pa' arriba.
¿Se acuerdan de Rico Mac Pato, aquel tío millonario del pato Donald que nadaba en una piscina llena de billetes? El tipo había desarrollado una sensualidad física por el dinero.
Me gusta pensarme como alguien que le gusta darse baños en piscinas llenas de inteligencia ajena, de cultura ajena, de sabiduría ajena. Cuanto más ajena, mejor. Cuanto menos coincide con mis pequeños saberes, mejor.
El semanario BÚSQUEDA tiene una hermosa frase que usa como insignia:
“Lo que digo no lo digo como hombre sabedor, sino buscando junto con vosotros”. Por una vez estamos de acuerdo. ¡Si estaremos de acuerdo! Lo que digo, no lo digo como chacarero sabihondo, ni como payador leído, lo digo buscando con ustedes. Lo digo, buscando, porque sólo los ignorantes creen que la verdad es definitiva y maciza, cuando apenas es provisoria y gelatinosa. Hay que buscarla porque anda corriendo de escondite en escondite. Y pobre del que emprenda en soledad esta cacería. Hay que hacerlo con ustedes, con los que han hecho del trabajo intelectual la razón de su vida. Con los que están aquí y con los muchos más que no están.
DE TODAS LAS DISCIPLINAS
Si miran para el costado van a encontrar seguramente algunas caras conocidas porque se trata de gente que se desempeña en espacios de trabajo afines. Pero van a encontrar mucho más caras que les son desconocidas, porque la regla de esta convocatoria ha sido la heterogeneidad.
Aquí están los que se dedican a trabajar con átomos y moléculas y los que se dedican a estudiar las reglas de la producción y el intercambio en la sociedad. Hay gente de las ciencias básicas y de su casi antípoda, las ciencias sociales; gente de la biología y del teatro, y de la música, de la educación, del derecho y del carnaval. Y en tren de que no falte nada, hay gente de la economía, de la macroeconomía, de la microeconomía, de la economía comparada y hasta alguno de la economía doméstica. Todas cabezas pensantes, pero que piensan en distintas cosas y pueden contribuir desde sus distintas disciplinas a mejorar este país. Y mejorar este país significa muchas cosas, pero desde los acentos que queremos para esta jornada, mejorar el país significa empujar los complejos procesos que multipliquen por mil el poderío intelectual que aquí esta reunido. Mejorar el país, significa que dentro de veinte años, para un acto como este no alcance el Estadio Centenario, porque al Uruguay le salen ingenieros, filósofos y artistas hasta por las orejas. No es que queramos un país que bata los récords mundiales por el puro placer de hacerlo. Es porque está demostrado que, una vez que la inteligencia adquiere un cierto grado de concentración en una sociedad, se hace contagiosa.
INTELIGENCIA DISTRIBUIDA
Si un día llenamos estadios de gente formada va a ser porque afuera, en la sociedad, hay cientos de miles de uruguayos que han cultivado su capacidad de pensar. La inteligencia que le rinde a un país es la inteligencia distribuida. Es la que no está sólo guardada en los laboratorios o las universidades, sino la que anda por la calle. La inteligencia que se usa para sembrar, para tornear, para manejar un autoelevador o para programar una computadora. Para cocinar, para atender bien a un turista, es la misma inteligencia. Unos subirán más escalones que otros, pero es la misma escalera. Y los peldaños de abajo son los mismos para la física nuclear que para el manejo de un campo. Para todo se precisa la misma mirada curiosa, hambrienta de conocimiento y muy inconformista. Se termina sabiendo, porque antes supimos estar incómodos por no saber. Aprendemos porque tenemos picazón y eso se adquiere por contagio cultural, casi cuando abrimos los ojos al mundo. Sueño con un país en el que los padres le muestren el pasto a los hijos chicos y le digan: “¿Sabés qué es eso?, es una planta procesadora de la energía del sol y de los minerales de la tierra”. O que les muestren el cielo estrellado y hagan piecito en ese espectáculo para hacerlos pensar en los cuerpos celestes, en la velocidad de la luz y en la transmisión de las ondas.
Y no se preocupen, que esos uruguayos chicos igual van a seguir jugando al fútbol. Sólo que, en una de esas, ¡mientras ven picar la pelota puedan pensar a la vez en la elasticidad de los materiales que la hacen rebotar!
CAPACIDAD DE INTERROGARSE
Había un dicho: “No le des pescado a un niño, enséñale a pescar”. Hoy deberíamos decir: “No le des un dato al niño, enséñale a pensar”.
Tal como vamos, los depósitos de conocimiento no van a estar más dentro de nuestras cabezas, sino ahí afuera, disponibles para buscarlos por Internet. Ahí va a estar toda la información, todos los datos, todo lo que ya se sabe. En otras palabras, van a estar todas las respuestas. Lo que no van a estar es todas las preguntas. En la capacidad de interrogarse va a estar la cosa. En la capacidad de formular preguntas fecundas, que disparen nuevos esfuerzos de investigación y aprendizaje. Y eso está allá abajo, marcado casi en el hueso de nuestra cabeza, tan hondo que casi no tenemos conciencia. Simplemente aprendemos a mirar el mundo con un signo de interrogación, y esa se vuelve la manera natural de mirar el mundo. Se adquiere temprano y nos acompaña toda la vida. Y sobre todo, queridos amigos, se contagia. En todos los tiempos, han sido ustedes, los que se dedican a la actividad intelectual, los encargados de desparramar la semilla. O para decirlo con palabras que nos son muy queridas: ustedes han sido los encargados de encender la admirable alarma.
Por favor, vayan y contagien. ¡No perdonen a nadie! Necesitamos un tipo de cultura que se propague en el aire, entre en los hogares, se cuele en las cocinas y esté hasta en el cuarto de baño.
Cuando se consigue eso, se ganó el partido casi para siempre. Porque se quiebra la ignorancia esencial que hace débiles a muchos, una generación tras otra.
EL CONOCIMIENTO ES PLACER
Necesitamos masificar la inteligencia, primero que nada para hacernos productores más potentes. Y eso es casi una cuestión de supervivencia. Pero en esta vida, no se trata sólo de producir: también hay que disfrutar.
Ustedes saben mejor que nadie que en el conocimiento y la cultura no sólo hay esfuerzo sino también placer.
Dicen que la gente que trota por la rambla, llega un punto en el que entra en una especie de éxtasis donde ya no existe el cansancio y sólo queda el placer.
Creo que con el conocimiento y la cultura pasa lo mismo. Llega un punto donde estudiar, o investigar, o aprender, ya no es un esfuerzo y es puro disfrute. ¡Qué bueno sería que estos manjares estuvieran a disposición de mucha gente! Qué bueno sería, si en la canasta de la calidad de la vida que el Uruguay puede ofrecer a su gente, hubiera una buena cantidad de consumos intelectuales. No porque sea elegante sino porque es placentero. Porque se disfruta, con la misma intensidad con la que se puede disfrutar un plato de tallarines. ¡No hay una lista obligatoria de las cosas que nos hacen felices! Algunos pueden pensar que el mundo ideal es un lugar repleto de shopping centers. En ese mundo la gente es feliz porque todos pueden salir llenos de bolsas de ropa nueva y de cajas de electrodomésticos. .. No tengo nada contra esa visión, sólo digo que no es la única posible.
Digo que también podemos pensar en un país donde la gente elige arreglar las cosas en lugar de tirarlas, elige un auto chico en lugar de un auto grande, elige abrigarse en lugar de subir la calefacción.
Despilfarrar no es lo que hacen las sociedades más maduras. Vayan a Holanda y vean las ciudades repletas de bicicletas. Allí se van a dar cuenta de que el consumismo no es la elección de la verdadera aristocracia de la humanidad. Es la elección de los noveleros y los frívolos.
Los holandeses andan en bicicleta, las usan para ir a trabajar pero también para ir a los conciertos o a los parques. Porque han llegado a un nivel en el que su felicidad cotidiana se alimenta tanto de consumos materiales como intelectuales.
Así que amigos, vayan y contagien el placer por el conocimiento.
En paralelo, mi modesta contribución va a ser tratar de que los uruguayos anden de bicicleteada en bicicleteada. ..
INCONFORMISMO
Les pedía antes que contagien la mirada curiosa del mundo, que está en el ADN del trabajo intelectual. Y ahora agrando el pedido y les ruego que contagien inconformismo. Estoy convencido que este país necesita una nueva epidemia de inconformismo como la que los intelectuales generaron décadas atrás. En el Uruguay, los que estamos en el espacio político de la izquierda somos hijos o sobrinos de aquel semanario Marcha del gran Carlos Quijano. Aquella generación de intelectuales se había impuesto a sí misma la tarea de ser la conciencia crítica de la nación. Anduvieron con alfileres en la mano pinchando globos y desinflando mitos. Sobre todo el mito del Uruguay multicampeón. Campeón de la cultura, de la educación, del desarrollo social y de la democracia.
¡Qué íbamos a ser campeones de nada! Y menos en esos años, en las décadas de los cincuenta y sesenta, donde el único récord que supimos conseguir fue la del país de Latinoamérica que menos creció en veinte años. Sólo nos superó Haití en ese ranking. Esos intelectuales ayudaron a demoler aquel Uruguay de la siesta conformista. Con todos sus defectos, preferimos esta etapa, donde estamos más humildes y ubicados en la real estatura que tenemos en el mundo. Pero tenemos que recuperar aquel inconformismo y tratar de metérselo debajo de la piel al Uruguay entero.
Antes les decía que la inteligencia que le sirve a un país es la inteligencia distribuida. Ahora les digo que el inconformismo que le sirve a un país es el inconformismo distribuido. El que ha invadido la vida de todos los días y nos empuja a preguntarnos si lo que estoy haciendo no se puede hacer mejor. El inconformismo está en la naturaleza misma del trabajo que ustedes hacen. Se precisa que se nos haga a todos una segunda naturaleza. Una cultura del inconformismo es la que no nos deja parar hasta conseguir más kilos por hectárea de trigo o más litros por vaca lechera. Todo, absolutamente todo, se puede hacer hoy un poco mejor que ayer. Desde tender la cama de un hotel a matrizar un circuito integrado.
Necesitamos una epidemia de inconformismo. Y eso también es cultural, eso también se irradia desde el centro intelectual de la sociedad a su periferia. Es el inconformismo el que ha ganado el respeto a pequeñas sociedades y a lo que hacen. Ahí andan los suizos, cuatro gatos locos como nosotros, que se dan el lujo de andar por ahí vendiendo calidad suiza o precisión suiza. Yo diría que lo que de verdad venden es inteligencia e inconformismo suizos, ese que tienen desparramado por toda la sociedad.
LA EDUCACION ES EL CAMINO
Y amigos, el puente entre este hoy y ese mañana que queremos tiene un nombre y se llama educación. Y mire que es un puente largo y difícil de cruzar. Porque una cosa es la retórica de la educación y otra cosa es que nos decidamos a hacer los sacrificios que implica lanzar un gran esfuerzo educativo y sostenerlo en el tiempo. Las inversiones en educación son de rendimiento lento, no le lucen a ningún gobierno, movilizan resistencias y obligan a postergar otras demandas. Pero hay que hacerlo. Se lo debemos a nuestros hijos y nietos. Y hay que hacerlo ahora, cuando todavía está fresco el milagro tecnológico de Internet y se abren oportunidades nunca vistas de acceso al conocimiento.
Yo me crié con la radio, vi nacer la televisión, después la televisión en colores, después las transmisiones por satélite. Después resultó que en mi televisor aparecían cuarenta canales, incluidos los que trasmitían en directo desde Estados Unidos, España e Italia. Después los celulares y después la computadora, que al principio sólo servía para procesar números. Cada una de esas veces, me quedé con la boca abierta. Pero ahora con Internet se me agotó la capacidad de sorpresa.
Me siento como aquellos humanos que vieron una rueda por primera vez. O como los que vieron el fuego por primera vez. Uno siente que le tocó en suerte vivir un hito en la historia. Se están abriendo las puertas de todas las bibliotecas y de todos los museos; van a estar a disposición, todas las revistas científicas y todos los libros del mundo. Y probablemente todas las películas y todas las músicas del mundo. Es abrumador. Por eso necesitamos que todos los uruguayos y sobre todo los uruguayitos sepan nadar en ese torrente. Hay que subirse a esa corriente y navegar en ella como pez en el agua. Lo conseguiremos si está sólida esa matriz intelectual de la que hablábamos antes.
Si nuestros chiquilines saben razonar en orden y saben hacerse las preguntas que valen la pena.
Es como una carrera en dos pistas, allá arriba en el mundo el océano de información, acá abajo parándonos para la navegación trasatlántica.
Escuelas de tiempo completo, facultades en el interior, enseñanza terciaria masificada. Y probablemente, inglés desde el preescolar en la enseñanza pública. Porque el inglés no es el idioma que hablan los yanquis, es el idioma con el que los chinos se entienden con el mundo. No podemos estar afuera. No podemos dejar afuera a nuestros chiquilines. Esas son las herramientas que nos habilitan a interactuar con la explosión universal del conocimiento. Este mundo nuevo no nos simplifica la vida, nos la complica. Nos obliga a ir más lejos y más hondo en la educación. No hay tarea más grande delante de nosotros.
EL IDEALISMO AL SERVICIO DEL ESTADO
Queridos amigos, estamos en tiempos electorales. En benditos y susodichos tiempos electorales. susodichos, porque nos ponen a pelear y a correr carreras entre nosotros. Benditos, porque nos permiten la convivencia civilizada. Y otra vez benditos, porque con todas sus imperfecciones, nos hacen dueños de nuestro destino. Aquí todos aprendimos que es preferible la peor democracia a la mejor dictadura. En los tiempos  lectorales, todos nos organizamos en grupos, fracciones y partidos, nos rodeamos de técnicos y profesionales, y  esfilamos frente al soberano.
Hay adrenalina y entusiasmo. Pero después, alguien gana y alguien pierde. Y eso no debería ser un drama.
Con unos o con otros, la democracia uruguaya seguirá su camino e irá encontrando las fórmulas hacia el bienestar. Nos toque el lugar que nos toque, allí vamos a estar tratando de poner el hombro. Y estoy seguro de que ustedes también.
La sociedad, el Estado y el Gobierno precisan de sus muchos talentos. Y precisan aún más de su actitud idealista. Los que estamos aquí, nos acercamos a la política para servir, NO para servirnos del Estado. La buena fe es nuestra única intransigencia. Casi todo lo demás es negociable.
Gracias por acompañarme.

miércoles, 20 de abril de 2011

Las TIC en la escuela

“El avance de las NTIC contribuyó de un modo decisivo para poner en evidencia la crisis de la escuela”
Entrevista a Paula Sibilia
Argentina, reside en Brasil y es profesora de Comunicación, Universidad Federal Fluminense. Autora de El hombre postorgánico: cuerpo, subjetividad y tecnologías digitales (2005) y La intimidad como espectáculo (2008).
El 2 de mayo, en el marco del Encuentro de Educación, Comunicación, Información y el Libro estará al frente de la conferencia La escuela en un mundo hiperconectado: ¿redes en vez de muros?
— Paula, usted estará en el día de apertura del Encuentro de Educación, ¿qué tópicos recorrerá en su presentación?
Mi intención es poner en discusión las condiciones que llevaron a la crisis de la escuela, a partir de una perspectiva histórica o “genealógica”, que permita enfocar especialmente la propuesta original de esa institución típicamente moderna. Esa función prioritaria era la producción de ciertos tipos de cuerpos y subjetividades, construidos -con cotidiana minuciosidad y bajo una serie de reglas muy bien estructuradas- para que fueran útiles y productivos en determinado tipo de sociedad. Ese proyecto tenía, por tanto, un fuerte e indudable sentido histórico. Lo que esta perspectiva permite pensar es que las condiciones que determinaron la invención de la escuela han cambiado. Por eso, no sorprende constatar que los cuerpos y subjetividades de los niños y jóvenes de hoy en día son “incompatibles” con las tecnologías escolares. Sin embargo, esta constatación abre muchas más preguntas que respuestas, y yo creo que ambas son igualmente urgentes.
— La inserción de las NTIC es imparable en la sociedad, ¿cómo deben implementarse en la educación?
Ésa es una pregunta que para mí todavía no tiene respuestas claras, pero creo que es importantísimo debatir esa cuestión para intentar formularla de la mejor manera posible. Se trata de uno de los interrogantes más fundamentales del momento, que deberemos resolver con cierta urgencia y de cuya respuesta dependerá nuestro futuro como sociedad. Una duda que merece ser indagada es que, quizás, no haya integración posible entre las nuevas tecnologías de comunicación y la institución escolar. Tal vez los cambios que están cristalizando actualmente en nuestra cultura, potencializados por la diseminación de los dispositivos digitales de comunicación e información, sean tan profundos que imposibiliten la continuidad de las estructuras sociales más antiguas que heredamos del proyecto moderno original, como es el caso del colegio. Quizás la transformación que todo esto implica lleve a reformular la educación de un modo tan radical que pondrá en jaque a la escuela, de un modo todavía más profundo que la crisis que hemos visto hasta ahora. Por eso me interesa tanto pensar esta cuestión, y discutirla con quienes están más directamente involucrados en esos procesos, sobre todo los maestros y los alumnos.
— Las generaciones nativas de internet manejan estas herramientas con facilidad, en cambio las anteriores tienen mayores dificultades y deben “aprender” a utilizarlas. ¿Cómo cambia esto la figura del educador?, ¿qué estrategias recomienda utilizar a los educadores ante este cambio?
No tengo recomendaciones de estrategias concretas para los educadores en lo que se refiere al uso de las nuevas herramientas; en cambio, subrayaría la necesidad de pensar por qué todo esto está sucediendo, cuáles son exactamente esas diferencias generacionales y por qué se han pronunciado en los últimos años. Creo que a partir de esas reflexiones podrían surgir pistas para entender de un modo más profundo qué es lo que está ocurriendo; y, a partir de esa comprensión, esbozar estrategias de acción más amplias y contundentes para dominar la nueva situación.
— Para usted, ¿las redes sociales reconfiguran el esquema tradicional de la comunicación?
Creo que el auge actual de las redes sociales constituye un indicio de que ciertas cosas han cambiado bastante en nuestra cultura. Esas transformaciones afectan a las maneras de relacionarnos unos con otros, con el tiempo y el espacio, con el trabajo y los demás ámbitos de la existencia, y también con nosotros mismos. De modo que los nuevos usos de las redes de comunicación evidencian cambios no sólo en la esfera de la sociabilidad sino también en el plano más básico de la subjetividad: ya no somos como solíamos ser. Eso significa que los sujetos del siglo XXI se construyen a sí mismos y juzgan a los demás de otras maneras, priorizando otros valores y características, cada vez más distantes de aquellos que eran privilegiados en el siglo XIX y buena parte del XX. Esto se nota especialmente entre los niños y jóvenes, pero no solamente entre ellos, y tampoco únicamente en función de las nuevas tecnologías, aunque estos dispositivos puedan ayudarnos a comprender mejor en qué consisten dichas transformaciones.
- El avance de las NTIC genera múltiples consecuencias, ¿cuáles considera que son las más importantes?
Lo que más me interesa de ese avance es que contribuyó de un modo decisivo para poner en evidencia la crisis de la escuela, aunque está claro que no lo ha provocado. El origen de ese derrumbe es anterior y sus motivos son mucho más complejos, múltiples e inclusive contradictorios, pues abarcan diversos factores no sólo técnicos sino también socioculturales, políticos y económicos que empezaron a desencadenarse en la segunda mitad del siglo XX. Sin embargo, la veloz popularización de los aparatos de comunicación móvil durante la última década ha revelado la pérdida de eficacia de las “instituciones de confinamiento”, que tuvieron su auge durante los siglos XIX y XX, entre las cuales la escuela ocupaba un lugar privilegiado. Es probable que el ambiguo placer de la conexión permanente y la necesidad de construirse a sí mismo como un personaje visible, todo eso propulsado por el espíritu empresarial y el “culto a la performance” que movilizan al mundo contemporáneo, estén desafiando de un modo irreversible a los anticuados mecanismos de encierro, con sus normas estrictas o sus usos rigurosos del tiempo y del espacio. Por eso, la pregunta por el futuro de la escuela es primordial si queremos comprender hacia dónde nos dirigimos como sociedad.
— Durante la Feria del Libro de Buenos Aires de 2008 presentó La intimidad como espectáculo, ¿cómo recuerda aquella visita?
En esa ocasión presenté algunos de los argumentos desarrollados en mi libro La intimidad como espectáculo, con la intención de reflexionar sobre el intenso deseo de visibilidad y celebridad que caracteriza a la sociedad contemporánea. Las discusiones fueron muy interesantes y, a partir de ese momento, me he concentrado en investigar algunos desdoblamientos de esa problemática, presentes de modo embrionario en aquel ensayo. Uno de los ejes principales de esas cuestiones que me siguen preocupando se refiere a los tipos de cuerpos y subjetividades que se construyen actualmente, destacando el papel de los medios de comunicación en dichas transformaciones, especialmente de las tecnologías digitales que permiten la conexión permanente e interactiva de un modo cada vez más “naturalizado” en nuestra cultura.

Las mil bolitas...

Cuanto más envejezco, más disfruto de las mañanas del sábado.
Tal vez es la quieta soledad que viene por ser el primero en levantarse o quizá el increíble gozo de no tener que ir al trabajo...
De todas maneras, las primeras horas de un sábado son en extremo deliciosas.
Hace unas cuantas semanas, me dirigía hacia mi equipo de radio-aficionado, con una humeante taza de café en una mano y el periódico en la otra.
Lo que comenzó como una típica mañana de sábado, se convirtió en una de esas lecciones que la vida parece darnos de vez en cuando... Déjenme contarles:
Sintonicé mi equipo de radio en banda de 20 metros, para entrar en una red de intercambio de sábado en la mañana.
Después de un rato, me topé con un colega que sonaba un tanto mayor.
Él le estaba diciendo a su interlocutor, algo acerca de "unas mil bolitas".
Quedé intrigado y me detuve para escuchar con atención:
- Bueno, Tomás, -decía- de veras que parece que estás ocupado con tu trabajo.
Estoy seguro que te pagan bien, pero es una lástima que tengas que estar fuera de casa y lejos de tu familia tanto tiempo.PEs difícil imaginar que un hombre joven tenga que trabajar 70 horas a la semana para sobrevivir.
¡Que triste que te perdieras la presentación teatral de tu hija!
Continuó:
- Dejame decirte algo, Tomás, algo que me ha ayudado a mantener una buena perspectiva sobre mis prioridades.
Y entonces fue cuando empezó a explicar su teoría sobre las "mil bolitas".
- Mira, me senté un día e hice algo de aritmética. La persona promedio vive unos 75 años, algunos viven más y otros menos, pero en promedio, la gente vive unos 75 años.
Entonces multipliqué 75 años por 52 semanas por año y obtuve 3.900 que es la cantidad de sábados que la persona promedio habrá de tener en toda su vida.
- No te distraigas y sígueme, Tomás, que voy a la parte importante. Me tomó hasta que casi tenía 55 años pensar todo esto en detalle.
Continuó:
- Y para ese entonces, con mis 55 años, ¡¡ya había vivido más de 2.800 sábados!!
Me puse a pensar que si llegaba a los 75, solo me quedaban 1.000 sábados más que disfrutar.
Así que fui a una juguetería y compré todas las bolitas que tenían.
Tuve que visitar 3 tiendas para obtener 1.000 bolitas.
Las llevé a casa y las puse en una fuente de cristal transparente, junto a mi equipo de radio aficionado.
Yo seguía escuchando atentamente:
- Cada sábado, a partir de entonces, tomé una canica y la he tirado.
- Descubrí que al observar como disminuían las bolitas, me enfocaba más sobre las cosas verdaderamente importantes en la vida. No hay nada como ver cómo se te agota tu tiempo en la tierra, para ajustar y adaptar tus prioridades en la vida.
Ahora déjame decirte una última cosa antes que nos despidamos y lleve a mi bella esposa a desayunar...
Esta mañana, saqué la última canica de la fuente de cristal y entonces me di cuenta de que si vivo hasta el próximo sábado me habrá sido dado un poquito más de tiempo de vida y si hay algo que todos podemos usar, es un poco más de tiempo...
Me gustó estar en contacto contigo, Tomás, y espero que puedas estar más tiempo con tu familia.
Hasta pronto, se despide "el hombre de 75 años…"
Cambio y fuera, ¡Buen día!
Uno podría haber oído un alfiler caer al suelo en la banda cuando este amigo se desconectó.
Creo que nos dio a todos bastante para pensar.
Nos acostumbramos a despertar sobresaltados porque se nos hizo tarde…
A tomar café corriendo porque estamos atrasados…
A comer un sándwich porque no da tiempo para comer a gusto…
A salir del trabajo porque ya es la tarde…
A cenar rápido y dormir pesados sin haber vivido el día…
A esperar el día entero y oír en el teléfono: "hoy no puedo ir"…
A sonreír a las personas sin recibir una sonrisa de vuelta…
A ser ignorados cuando precisábamos tanto ser vistos…
A sentarnos en la fila 1 del cine y torcer un poco el cuello porque estaba lleno…
A mojarnos sólo los pies y sudar el resto del cuerpo porque la playa esta contaminada…
A pensar en el fin de semana porque el trabajo está duro…
A dormir todo el fin de semana porque siempre tenemos sueño atrasado…
Nos acostumbramos a ahorrar la vida..!!!
Que poco a poco, igual se gasta… y que una vez gastada, por estar acostumbrados, nos perdimos de vivir.
Alguien dijo:
"La muerte esta tan segura de su victoria, que nos da toda una vida de ventaja"
Si fuiste capaz de leer hasta acá, es posible que necesites releer alguna frase.
No importa si es el principio, y lo mejor es que todavía tienes tiempo, no importa cuanto, es el que tienes y cada día merece ser vivido sin ahorrar VIDA.

"Locura es hacer lo mismo una vez tras otra y esperar resultados diferentes".Albert Einstein

jueves, 14 de abril de 2011

"El cuerpo grita...lo que la boca calla"

Amigos: incluyo este texto en el blog porque me interesa ésto de "lo que la boca calla". Estoy incursionando desde el año pasado en las enseñanzas de Lacan, psicoanalista francés, estructuralista que nos demuestra con su concepción del significante, que un sujeto emerge cuando dice -entre otras cosas- lo que le molesta.
Y en este texto están muchas de las cosas, de las afecciones de las que muchas personas se quejan. Claro, en cada una de ellas se pone en juego un sujeto singular. Qué quiero decir con ésto? Que, hasta donde creo entender, estas afecciones/enfermedades son significante sólo para el que lo dice y que sería material de un análisis, sólo así. Entonces, no generalicemos; no es para todos igual.
No sé si está clara la idea. Los invito a opinar.
Gracias
Reflexión de Nelson Torres, Doctor en Psiquiatría (UCV) y experto en Psico-neuro-inmunolinguistica PNIL en Venezuela:
"La enfermedad es un conflicto entre la personalidad y el alma". (Bach).
Muchas veces...
El resfrío "chorrea" cuando el cuerpo no llora.
El dolor de garganta "tapona" cuando no es posible comunicar las aflicciones.
El estómago arde cuando las rabias no consiguen salir.
La diabetes invade cuando la soledad duele.
El cuerpo engorda cuando la insatisfacción aprieta.
El dolor de cabeza deprime cuando las dudas aumentan.
El corazón afloja cuando el sentido de la vida parece terminar.
La alergia aparece cuando el perfeccionismo está intolerable.
Las uñas se quiebran cuando las defensas están amenazadas.
El pecho aprieta cuando el orgullo esclaviza.
La presión sube cuando el miedo aprisiona.
Las neurosis paralizan cuando el niño interior tiraniza.
La fiebre calienta cuando las defensas explotan las fronteras de la inmunidad.
Las rodillas duelen cuando tu orgullo no se doblega.
El cáncer mata cuando te cansas de "vivir".
Y tus dolores callados? Cómo hablan en tu cuerpo?
La Enfermedad no es mala, te avisa que te estas equivocando de camino. Me parece bonito compartir este mensaje:
El camino a la felicidad no es recto. Existen curvas llamadas EQUIVOCACIONES, existen semáforos llamados AMIGOS, luces de precaución llamadas FAMILIA, y todo se logra si tienes: Una llanta de repuesto llamada DECISION, un potente motor llamado AMOR, un buen seguro llamado FE, abundante combustible llamado PACIENCIA, pero sobre todo un experto conductor llamado DIOS-

domingo, 10 de abril de 2011

Elogio a la mujer brava

Siempre digo que los hombres son más "categóricos" a la hora de decir las cosas: las llaman por su nombre con más facilidad que las mujeres. Este texto es un ejemplo de ello. Después de leer el título dirán que mi elección es obvia....pero elijo correr el riesgo.

"Estas nuevas mujeres, si uno logra amarrar y poner bajo control al burro machista que llevamos dentro, son las mejores parejas.
A los hombres machistas, que somos como el 96 por ciento de la población masculina, nos molestan las mujeres de carácter áspero, duro, decidido. Tenemos palabras denigrantes para designarlas: arpías, brujas, viejas, traumadas, solteronas, amargadas, marimachas, etc. En realidad, les tenemos miedo y no vemos la hora de hacerles pagar muy caro su desafío al poder masculino que hasta hace poco habíamos detentado sin cuestionamientos. A esos machistas incorregibles que somos, machistas ancestrales por cultura y por herencia, nos molestan instintivamente esas fieras que en vez de someterse a nuestra voluntad, atacan y se defienden.
La hembra con la que soñamos, un sueño moldeado por siglos de prepotencia y por genes de bestias (todavía infrahumanos), consiste en una pareja joven y mansa, dulce y sumisa, siempre con una sonrisa de condescendencia en la boca. Una mujer bonita que no discuta, que sea simpática y diga frases amables, que jamás reclame, que abra la boca solamente para ser correcta, elogiar nuestros actos y celebrarnos bobadas. Que use las manos para la caricia, para tener la casa impecable, hacer buenos platos, servir bien los tragos y acomodar las flores en floreros. Este ideal, que las revistas de moda nos confirman, puede identificarse con una especie de modelito de las que salen por televisión, al final de los noticieros, siempre a un milímetro de quedar en bola, con curvas increíbles (te mandan besos y abrazos, aunque no te conozcan), siempre a tu entera disposición, en apariencia como si nos dijeran “no más usted me avisa y yo le abro las piernas”, siempre como dispuestas a un vertiginoso desahogo de líquidos seminales, entre gritos ridículos del hombre (no de ellas, que requieren más tiempo y se quedan a medias).
A los machistas jóvenes y viejos nos ponen en jaque estas nuevas mujeres, las mujeres de verdad, las que no se someten y protestan y por eso seguimos soñando, más bien, con jovencitas perfectas que lo den fácil y no pongan problema. Porque estas mujeres nuevas exigen, piden, dan, se meten, regañan, contradicen, hablan y sólo se desnudan si les da la gana. Estas mujeres nuevas no se dejan dar órdenes, ni podemos dejarlas plantadas, o tiradas, o arrinconadas, en silencio y de ser posible en roles subordinados y en puestos subalternos. Las mujeres nuevas estudian más, saben más, tienen más disciplina, más iniciativa y quizá por eso mismo les queda más difícil conseguir pareja, pues todos los machistas les tememos.
Pero estas nuevas mujeres, si uno logra amarrar y poner bajo control al burro machista que llevamos dentro, son las mejores parejas. Ni siquiera tenemos que mantenerlas, pues ellas no lo permitirían porque saben que ese fue siempre el origen de nuestro dominio. Ellas ya no se dejan mantener, que es otra manera de comprarlas, porque saben que ahí -y en la fuerza bruta- ha radicado el poder de nosotros los machos durante milenios. Si las llegamos a conocer, si logramos soportar que nos corrijan, que nos refuten las ideas, nos señalen los errores que no queremos ver y nos desinflen la vanidad a punta de alfileres, nos daremos cuenta de que esa nueva paridad es agradable, porque vuelve posible una relación entre iguales, en la que nadie manda ni es mandado. Como trabajan tanto como nosotros (o más) entonces ellas también se declaran hartas por la noche y de mal humor, y lo más grave, sin ganas de cocinar. Al principio nos dará rabia, ya no las veremos tan buenas y abnegadas como nuestras santas madres, pero son mejores, precisamente porque son menos santas (las santas santifican) y tienen todo el derecho de no serlo.
Envejecen, como nosotros, y ya no tienen piel ni senos de veinteañeras (mirémonos el pecho también nosotros y los pies, las mejillas, los poquísimos pelos), las hormonas les dan ciclos de euforia y mal genio, pero son sabias para vivir y para amar y si alguna vez en la vida se necesita un consejo sensato (se necesita siempre, a diario), o una estrategia útil en el trabajo, o una maniobra acertada para ser más felices, ellas te lo darán, no las peladitas de piel y tetas perfectas, aunque estas sean la delicia con la que soñamos, un sueño que cuando se realiza ya ni sabemos qué hacer con todo eso.
Los varones machistas, somos animalitos todavía y es inútil pedir que dejemos de mirar a las muchachitas perfectas.. Los ojos se nos van tras ellas, tras las curvas, porque llevamos por dentro un programa tozudo que hacia allá nos impulsa, como autómatas. Pero si logramos usar también esa herencia reciente, el córtex cerebral, si somos más sensatos y racionales, si nos volvemos más humanos y menos primitivos, nos daremos cuenta de que esas mujeres nuevas, esas mujeres bravas que exigen, trabajan, producen, joden y protestan, son las más desafiantes y por eso mismo las más estimulantes, las más entretenidas, las únicas con quienes se puede establecer una relación duradera, porque está basada en algo más que en abracitos y besos, o en coitos precipitados seguidos de tristeza. Esas mujeres nos dan ideas, amistad, pasiones y curiosidad por lo que vale la pena, sed de vida larga y de conocimiento.
¡Vamos hombres, por esas mujeres bravas!
Oro por que mis 2 hijas sean de éste maravilloso grupo y encuentren hombres que sepan apreciar a esta clase de nuevas mujeres !!!"
                                                                                   Héctor Abad
Para quien no lo sepa, Héctor Abad nació en Colombia en 1958. Se recibió en Literatura Moderna en Italia. Regresa a Colombia en 1987 cuando un grupo paramilitar asesina a su padre (médico defensor de derechos humanos y fundador de la que ahora es la Facultad de Medicina). Vuelve a Italia por amenazas recibidas. Regresa en 1993 y en la actualidad reside en Bogotá.